Colocar un
microchip a una mascota es una medida importante
y beneficiosa por varias razones:
Identificación permanente: El
microchip proporciona una forma permanente de
identificación para tu mascota. A diferencia de
los collares o las placas de identificación, que
pueden perderse o dañarse, el microchip está
implantado debajo de la piel y es menos propenso
a extraviarse.
Recuperación en caso de pérdida:
Si tu mascota se pierde o se escapa, el
microchip facilita su recuperación. Cuando se
encuentra un animal perdido, los refugios y
veterinarios suelen escanear su microchip para
obtener información de contacto del dueño
registrado en la base de datos del fabricante
del microchip.
Prevención de robos: Los
microchips también pueden ayudar a prevenir el
robo de mascotas. Si un animal es robado y
llevado a un veterinario o refugio, el microchip
proporcionará información sobre la propiedad
legítima del animal.
Cumplimiento de regulaciones locales:
En algunos lugares, la implantación de
microchips en mascotas puede ser un requisito
legal. Cumplir con estas regulaciones garantiza
que estás siguiendo las normas locales y
contribuyendo a un mejor control de la población
de animales y la prevención de problemas como la
crueldad o el abandono.
Facilita la reunión familiar:
Si por alguna razón tu mascota termina en un
refugio o en manos de un rescatista, el
microchip permite una reunión más rápida y
efectiva con su familia, evitando la
prolongación del tiempo de separación.
Es importante recordar que, aunque el microchip
es una herramienta valiosa, no sustituye la
necesidad de un collar con una etiqueta de
identificación visible. Ambos métodos de
identificación se complementan y ofrecen una
mayor seguridad para el cuidado y la ubicación
de las mascotas. |
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